La devoción a la Santísima Virgen del Rosario se remonta a los tiempos de la batalla de Lepanto, (de ahí vienen los "locajitos", llamado en nuestro pueblo como la "locajá".

La locajá se celebra en nuestro pueblo, desde entonces, el sábado de la celebración de la Virgen del Rosario, por la mañana. Los niños y niñas de Paymogo se cuelgan cuantos locajos tengan y recorren las calles con gran algarabía.

Asimismo, las salvas de escopetas que acompañana a la procesión de la Virgen data de la misma época, y esto no se ha perdido nunca, ya que la procesión, con más o menos vistosidad, pero siempre con acompañamiento de hermanos, no ha dejado de celebrarse.

Durante el mes de octubre se celebra tambien la 

de fieles en la que se les imponen los rosario a los hermanos que cumplen la mayoría de edad.

Cada domingo de octubre los auroros o llamadores al Rosario de la aurora, que nosotros popularmente llamamos "Campanilleros", salen por las calles para despertar a la gente y que así asistan al Rosario de la Aurora.

La Hermandad data del año 1592, y se ha ido manteniendo la devoción a nuestra Madre gracias a varias personas de nuestro pueblo. Recordando con gran intensidad a Catalina González y Bartolomé Márquez, entre otros.

Contamos con un censo de más de 800 hermanos, los cuales van incrementando cada año.